Es primavera en Nueva York. Los árboles se han llenado de flores, los
campos están verdes, es un maravilloso espectáculo que regala la naturaleza
justo en medio de Central Park. El animo
de las personas se vuelve extrañamente agradable en esta época y es un gusto
poder verlos pasar sonrientes de un lado a otro, en lugar de las típicas, sombrías
e indiferentes miradas que generalmente circulan sin percatarse de lo que hay
alrededor. A Candy le gusta esto,
sentirse rodeada de buen espíritu cuando el de ella se encuentra turbio desde
la ultima vez que lo vio, pero esta vez ha regresado para tratar de enmendar su
error.
Sentada en una banca bajo la sombra de un suntuoso árbol
cuenta los minutos hasta la hora en que han acordado verse, los nervios la
traicionan y ensaya una y otra vez las palabras que piensa decirle cuando lo
tenga de frente. La ansiedad hace que
golpetee el suelo con la punta de sus zapatos, sus rodillas tiemblan, ¿que pasara si el no quiere escucharla? Pero
de ser así, no hubiera aceptado verla.
Sabe que es grande el resentimiento que el le tiene, sabe que fue grande
el daño que causo, pero confía que su amor sea mas grande que su orgullo.
Una suave brisa mece su rizado cabello tapándole la cara,
lo mueve con sus manos para tratar de colocarlo de nuevo en su lugar, cuando siente que alguien se ha sentado a su
lado, sin voltear a ver sabe que es el, sus nervios aumentan y tratando de
calmarse lo voltea a ver brindándole una gran sonrisa, en realidad esta muy
feliz de verlo.
-
Has venido, gracias- le dice esperando que suavice un poco su expresión.
-
Bueno, aquí me tienes, que quieres que hablemos- le dice Terry tratando de
mantenerse lo mas alejado posible.
-
Podríamos ir a otro lugar, o prefieres que platiquemos aquí?- es estupido preguntar, ella misma
lo cito allí, pero que se puede hacer, son los nervios los que hablan.
-
Como tu prefieras- es su simple respuesta.
Candy toma una profunda bocanada de aire y armándose de
valor, comienza su confesión:
-
Gracias por hacer tiempo para verme, se que estas muy ocupado con tus
labores, como esta tu madre? La has visto? Hace tiempo que no la veo…el clima
esta fabuloso no crees...?- Terry se inquieta
ante el parloteo de Candy, se remueve en su lugar tratando de encontrar razones
para no salir huyendo del lugar, el simple hecho de haber accedido a verla había
sido una debilidad, sabia que estando junto a ella todas las barreras que había
construido para no correr como loco tras ella se comenzarían a derrumbar, pero
tenia que saber el por que de su repentina llegada, por que ella quería verlo
con tantas ganas.
-
Candy, se que no has venido a preguntarme por mi madre, ni a hablar
del clima…-
le dice sin verla a los ojos, haciendo que ella se empiece a arrepentir de su
llegada, pero ya estaba allí, era su ultima oportunidad, es ahora o nunca.
-
No, no he venido a hablar de tu madre o de cualquier otra cosa, he
venido a hablarte de nosotros, y te pido que por favor me escuches.
Terry sabia que esto pasaría, ella quería cerrar el
capitulo, darle una conclusión a su historia, talvez seria lo mejor, dejar todo
en claro para que ya no hubiera mas resentimiento. La ve, la percibe frágil y delicada, así que
trata de bajar un poco la guardia y le da la pauta para que continúe con su
charla.
-
Terry, la ultima vez que nos vimos, no fueron las mejores
circunstancias, muchas cosas habían cambiado y yo trate de hacer lo que creía
en mi cabeza que era lo mejor, aunque mi corazón me gritaba lo contrario, resulta que tomar esa decisión no ha
significado nada mas que extrañarte, desear haber hecho tantas cosas mientras estábamos
juntos, queriendo regresar el tiempo
para cambiar lo que esa noche paso. Todo
este tiempo no he podido dormir, no he podido sacarme de la cabeza esa escena
en la que me volví para no verte otra vez, te recordé tanto cuando paso tu
cumpleaños y no pude estar a tu lado, y
luego pienso en ese verano en Escocia, en todos los tiempos buenos que tuvimos
juntos y nuevamente quiero regresar el tiempo y no crecer jamás
-
Candy, no hagas esto- Terry se encuentra cabizbajo, recordando también los
momentos que ella ha mencionado, sintiéndose por momentos amargo y por momentos
feliz.
-
Déjame hacerlo por favor, necesito hacerlo- ruega Candy con los ojos húmedos
pero sin llorar, las emociones son muy fuertes y abrumadoras. Haciendo un gesto con las manos y sonriendo
sin querer, Terry nuevamente le permite continuar.
-
He estado pensando mucho en lo que me llevo a tomar la decisión de
dejarte con Susana, y ahora no me cabe duda que fue el miedo, miedo a enfrentar
al mundo si luchaba por tu amor, miedo a lastimar a alguien mas por querer yo
ser feliz, yo se que tu estabas dispuesto a luchar, tu ultimo abrazo me lo
dijo, pero yo solo te supe decir adiós – Terry no puede evitar sorprenderse ante tal revelación,
después de tanto pensarlo, el había concluido que la falta de amor de ella había
sido la razón para irse tan fácilmente, su corazón se estruja, ¿es posible que realmente este arrepentida? ¿Acaso
lo que quiere es otra oportunidad?
Candy se queda en silencio, ha sacado un gran peso de su corazón,
pero las palabras mas importantes quedan por decir, pero al ver que el no
reacciona, que el al parecer no se ha inmutado ante su confesión, comienza a
arrepentirse de haberlo dicho todo, pero este ya no es el momento para echarse
atrás, ahora que ya se ha tragado su orgullo y ya no le queda mas que
perder; Terry sigue sin cambiar la
expresión de su rostro, serio y ausente, pero dentro de su mente una batalla de
razonamientos se ha desatado, tratando de darle sentido a todo lo que ha
escuchado, para su mente ya ha pasado mucho tiempo desde que están separados,
ya no vale la pena regresar, pero para su corazón el amor no tiene fecha de
vencimiento y lucha por convencer a su mente de seguir escuchando, se pone de
pie y comienza a caminar lentamente sin rumbo perdiéndose entre los árboles,
sin saber que sentir, sin saber que pensar, Candy reacciona ante su movimiento echándose
a llorar creyendo que todo esta perdido,
un rayo de sol la deslumbra por un momento, y como si hubiera sido una
señal, toma valor para perseguirlo siguiendo el mismo camino por donde se ha
ido el.
-
Terry, Terry espera!! – le llama cuando lo ve en la distancia, el se detiene y
ella le da alcance, respira profundamente tratando de calmar el cansancio
después de haber corrido un buen trecho, y con las emociones a flor de piel
finalmente dice:
-
Terry, lo siento, lo siento tanto por aquella noche, no sabes cuanto
lo siento, te extraño, demasiado, todo de ti me hace falta, tu sonrisa, tus
cartas, tu presencia, y talvez he sido ilusa al venir aquí y pedirte una
oportunidad, pero si me amas aun, prometo esta vez hacerlo bien, no dejarte
nunca otra vez, quisiera regresar el tiempo y cambiar, pero no puedo, y si tu corazón
ya se ha cerrado a mi, lo entenderé, solo, dímelo de una buena vez… por favor…
Candy tiembla por la emoción, solloza sin control y Terry
no puede resistirse ante la imagen, se acerca y la abraza para calmarla, ella
se desahoga y se aprieta contra su pecho, pasan unos minutos así, sin decir
nada, solamente tratando de escuchar a sus corazones y callar a las voces de la
razón, cuando finalmente se calma, busca sus ojos esperando una respuesta, el
acaricia suavemente su mejilla, la ve con ternura, sabe que es su turno de hablar, ha tomado una
decisión, suspira y le da su respuesta:
-
Pecosa, no tienes idea de cuanto tiempo desee escucharte decir eso,
cuantas veces he querido yo también regresar el tiempo y cambiar tantas cosas,
incluso desee no haberte conocido, pero las cosas sucedieron así, sufrí mucho
por nuestra separación, pero mi corazón ha sanado, al final pude entender que
lo nuestro fue algo especial, algo que quedara como un bello recuerdo para
siempre, Candy, uno no encuentra a su verdadero amor a los 15, ahora lo se, bien sabes que las cosas con
Susana jamás funcionarían, ambos lo logramos entender, y yo he seguido adelante
y hay una nueva ilusión en mi corazón,
haberte conocido hizo darme cuenta que soy capaz de amar y realmente quiero darme una nueva oportunidad, pero no estoy dispuesto a
regresar atrás-
Candy cierra sus ojos tratando de contener las lagrimas que nuevamente se han
acumulado, sabia que esta era una posibilidad pero la esperanza es lo ultimo
que se pierde, y ahora finalmente ha terminado su ilusión, sonríe con resignación,
toma la mano de Terry, la besa y acepta su derrota.
-
Al menos espero que puedas brindarme tu amistad, cuentas con la mía si
la aceptas.
-
Por supuesto, pecosa, siempre seremos amigos.
,
Un angosto camino cubierto de flores se forma frente a
ellos, caminan sobre el en silencio, tratando de asimilar la nueva dirección
que han tomado, aun cuando la intención del encuentro era diferente, es mejor
ganar un amigo que perderlo para siempre, hoy una ilusión se ha roto, también ha
sanado un corazón, y a la vez nace una
nueva esperanza, la de una amistad que florezca como los retoños que salen
ahora cuando a Nueva York llega la primavera.