Cuando Terry se fue del colegio, Candy se sintió sola y sin
ganas de seguir en ese lugar, pero comprendió que el sacrificio hecho por el había
sido buscando el bienestar de ella, así que honrando la decisión de Terry, ella
siguió estudiando, evitando a los demás para no dar pauta a habladurías. Pronto recibió una carta de Terry, proveniente
de Nueva York, finalmente el había empezado a seguir su sueño y ella se sentía
muy feliz por el. Mes a mes
intercambiaban correspondencia, dando poco a poco tímidas declaraciones de
amor, siendo estas correspondidas con enorme alegría por ambos, era tan
reconfortante saber que había alguien que realmente se preocupaba, le importaba
lo que hacían, y sobre todo que se querían. Con ánimos renovados Candy siguió en los estudios
teniendo la promesa escrita de que pronto enviaría por ella y así finalmente
estar juntos. Un año paso y las cartas empezaron a espaciarse, y con cada letra
escrita se sentía la distancia que Terry iba marcando, Candy, sin comprender, siguió escribiendo y
enviando sus misivas puntualmente, lo extrañaba, lo amaba y su indiferencia la
lastimaba. En una de sus cartas, Terry escribió
que pronto estrenaría un papel mas importante de los que había hecho, seria el
rey de Francia y ella le respondió que pronto partiría de regreso a America por
la guerra que se avecinaba.
Cuando ella llego al puerto de Nueva York, quiso tratar de encontrarlo, o al
menos avisarle que ya estaba allí, pero entre tanto caos no tuvo mas opción que
quedarse junto a sus primos y esperar la próxima salida del tren que los llevaría
de regreso a Chicago. Ya de regreso en
casa, le envío una carta a Terry contándole que iria a visitar a sus madres en
el Hogar de Pony, desde donde nuevamente le envío una carta diciendo que estaría
allí unos cuantos meses, con la esperanza que el llegara a verla allí. En su estadía en el hogar, no recibió ni una
sola carta de Terry, ella pensaba que con tanto trabajo y éxito talvez no tenia
tiempo, aunque la semilla de la duda y el desamor comenzaba a sembrarse en su corazón.
Unas cartas bastante espaciadas llegaron a ella durante ese
año, en el que él comenzaba a mencionar con frecuencia a una actriz llamada
Susana, quien al parecer había logrado impresionarlo con su talento y era una
buena compañera. Candy pensaba que era normal que el tuviera
compañeras, pero el distanciamiento cada vez mas marcado de las cartas tenían a
Candy cerca de la desesperación. Meses
después de no tener noticias de el, Candy decidió tomar un tren a Nueva York,
sabia que el había conseguido el papel protagónico y teniendo el corazón lleno
de esperanza y amor viajo hasta la ciudad para sorprenderle con su
llegada. El día del estreno de la función,
ella se coloco su mejor vestido, compro su entrada y disfruto de la obra; se sorprendió
de la mágica química que existía entre su Romeo y la Julieta que interpretaba
Susana. Su mente no paso ese detalle por
desapercibido, y su corazón se resquebrajo un poquito.
Al terminar la obra, se dirigió a la dirección de donde el
enviaba las cartas, era un modesto edificio de apartamentos que a Candy le pareció
encantador, era el lugar perfecto para iniciar una vida, tonto corazón que se rehúsa a creer lo que tan
obvio es.
Terry la encontró dormida junto a la puerta de su
apartamento, había sido tan tonto, aplazando este momento por tanto tiempo, pero
su excusa era que si a el le había pasado, a ella también…
-Candy- le dijo
una vez que ella despertó- el tiempo
puede ser un amigo, pero junto a la distancia es enemigo del amor, yo soñé tantas veces con escuchar tu voz, eso
mantenía vivo el recién descubierto amor que sentía por ti, pero he pasado
tanto tiempo solo que las cartas no me fueron suficiente. Susana estaba aquí, junto a mi, comparte mis
gustos, mis aspiraciones, es una buena mujer, y yo simplemente me enamore; no
puedes mandar en el corazón, y ella me ha llenado de paz, y aunque no lo creas,
realmente me siento mal… discúlpame…
Los amores adolescentes son intensos y a veces hasta
inolvidables, pero no insuperables, eso se decía Candy mucho tiempo después de
esa noche, justo cuando en su corazón comenzaba a nacer una nueva ilusión junto
a quien antes era su tutor.
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