martes, 23 de abril de 2013

Recuerdos y Adios



Una vez mas me encuentro perdido entre recuerdos; las añoranzas del pasado me hacen sentir feliz en mis momentos de mas grande soledad, aunque cada vez todo va cambiando mas y mas, o talvez soy yo quien finalmente esta dejando el pasado atrás.  Recuerdo que solíamos pasar las tardes imaginando, buscando la manera de frenar el tiempo, contemplando el atardecer, viendo la luz desvanecerse frente a nosotros sin saber si al siguiente día nos volveríamos a ver, sin saber que esa tranquilidad y paz que había entre los dos no se volvería a dar.  Cuantas cosas estaban  por delante y nosotros inocentes e ignorantes de las vueltas del destino, simplemente vivíamos para respirar uno al lado del otro.  Pronto tu voz se volvió mi alegría y en mis sueños a futuro comenzaste a aparecer; el ser feliz al lado de alguien dejo de ser una ilusión para empezar a convertirse en realidad, y aunque nos tuvimos que separar, aun te quería en el centro de esta nueva vida. 

Las decisiones que marcan nuestros caminos, las heridas que se abren y que también llegan a sanar es lo que al final me han hecho quien soy, vivo de mi éxito profesional y también personal, estoy en paz conmigo mismo, ya no hay remordimientos en mi corazón, y aunque yo seguí adelante y tu quedaste atrás, mi ultimo año en el San Pablo es de mis memorias mas atesoradas; hoy solo puedo recordar aquellos días que me hicieron soñar, ya han pasado varios años, tu has crecido, yo crecí,  te he vuelto a ver y estas tan diferente,  aquella de quien me enamore ya solo existe en mi mente, ahora ya eres parte del ayer.  Pequeña pecosa, te quise como a nadie yo he amado, el que te dieras la vuelta esa noche en el hospital sin mirar atrás, obligándome a buscar mi camino aunque no quisiera separarme de ti ha sido talvez lo mejor que pudimos hacer, muchas veces no supe si estaba con mi sombra o con una ilusión, muchas veces sentí como cuando te despiertas de un sueño que aun no había terminado y quieres saber que mas iba a pasar,  solo por poder dormir un poco mas, toque fondo y ya no quería vivir mi vida así, me levante y volví a caminar, regrese a mi mundo y encontré paz y tu imagen se convirtió en eso nada mas, una imagen de un pasado amor.  Hoy te he olvidado, hoy ya te puedo ver sin que me vuelva a doler, pero los recuerdos en los que tu estas aun siguen siendo una pequeña fuente de felicidad mientras estoy solo, al menos mientras encuentro a quien los pueda reemplazar.

Y con la mirada en alto y el corazón sanado te digo adiós, gracias y adiós.

lunes, 22 de abril de 2013

Primavera en Nueva York



Es primavera en Nueva York.  Los árboles se han llenado de flores, los campos están verdes, es un maravilloso espectáculo que regala la naturaleza justo en medio de Central Park.  El animo de las personas se vuelve extrañamente agradable en esta época y es un gusto poder verlos pasar sonrientes de un lado a otro, en lugar de las típicas, sombrías e indiferentes miradas que generalmente circulan sin percatarse de lo que hay alrededor.   A Candy le gusta esto, sentirse rodeada de buen espíritu cuando el de ella se encuentra turbio desde la ultima vez que lo vio, pero esta vez ha regresado para tratar de enmendar su error.

Sentada en una banca bajo la sombra de un suntuoso árbol cuenta los minutos hasta la hora en que han acordado verse, los nervios la traicionan y ensaya una y otra vez las palabras que piensa decirle cuando lo tenga de frente.  La ansiedad hace que golpetee el suelo con la punta de sus zapatos, sus rodillas tiemblan,  ¿que pasara si el no quiere escucharla? Pero de ser así, no hubiera aceptado verla.  Sabe que es grande el resentimiento que el le tiene, sabe que fue grande el daño que causo, pero confía que su amor sea mas grande que su orgullo.

Una suave brisa mece su rizado cabello tapándole la cara, lo mueve con sus manos para tratar de colocarlo de nuevo en su lugar,  cuando siente que alguien se ha sentado a su lado, sin voltear a ver sabe que es el, sus nervios aumentan y tratando de calmarse lo voltea a ver brindándole una gran sonrisa, en realidad esta muy feliz de verlo.

-         Has venido, gracias- le dice esperando que suavice un poco su expresión.
-         Bueno, aquí me tienes, que quieres que hablemos- le dice Terry tratando de mantenerse lo mas alejado posible.
-         Podríamos ir a otro lugar, o prefieres que platiquemos aquí?- es estupido preguntar, ella misma lo cito allí, pero que se puede hacer, son los nervios los que hablan.
-         Como tu prefieras- es su simple respuesta.

Candy toma una profunda bocanada de aire y armándose de valor, comienza su confesión:

-         Gracias por hacer tiempo para verme, se que estas muy ocupado con tus labores, como esta tu madre? La has visto? Hace tiempo que no la veo…el clima esta fabuloso no crees...?-  Terry se inquieta ante el parloteo de Candy, se remueve en su lugar tratando de encontrar razones para no salir huyendo del lugar, el simple hecho de haber accedido a verla había sido una debilidad, sabia que estando junto a ella todas las barreras que había construido para no correr como loco tras ella se comenzarían a derrumbar, pero tenia que saber el por que de su repentina llegada, por que ella quería verlo con tantas ganas.
-         Candy, se que no has venido a preguntarme por mi madre, ni a hablar del clima…- le dice sin verla a los ojos, haciendo que ella se empiece a arrepentir de su llegada, pero ya estaba allí, era su ultima oportunidad, es ahora o nunca.
-         No, no he venido a hablar de tu madre o de cualquier otra cosa, he venido a hablarte de nosotros, y te pido que por favor me escuches.

Terry sabia que esto pasaría, ella quería cerrar el capitulo, darle una conclusión a su historia, talvez seria lo mejor, dejar todo en claro para que ya no hubiera mas resentimiento.  La ve, la percibe frágil y delicada, así que trata de bajar un poco la guardia y le da la pauta para que continúe con su charla.

-         Terry, la ultima vez que nos vimos, no fueron las mejores circunstancias, muchas cosas habían cambiado y yo trate de hacer lo que creía en mi cabeza que era lo mejor, aunque mi corazón me gritaba lo contrario,  resulta que tomar esa decisión no ha significado nada mas que extrañarte, desear haber hecho tantas cosas mientras estábamos juntos,  queriendo regresar el tiempo para cambiar lo que esa noche paso.  Todo este tiempo no he podido dormir, no he podido sacarme de la cabeza esa escena en la que me volví para no verte otra vez, te recordé tanto cuando paso tu cumpleaños y no pude estar a tu lado,  y luego pienso en ese verano en Escocia, en todos los tiempos buenos que tuvimos juntos y nuevamente quiero regresar el tiempo y no crecer jamás
-         Candy, no hagas esto- Terry se encuentra cabizbajo, recordando también los momentos que ella ha mencionado, sintiéndose por momentos amargo y por momentos feliz.
-         Déjame hacerlo por favor, necesito hacerlo- ruega Candy con los ojos húmedos pero sin llorar, las emociones son muy fuertes y abrumadoras.  Haciendo un gesto con las manos y sonriendo sin querer, Terry nuevamente le permite continuar.
-         He estado pensando mucho en lo que me llevo a tomar la decisión de dejarte con Susana, y ahora no me cabe duda que fue el miedo, miedo a enfrentar al mundo si luchaba por tu amor, miedo a lastimar a alguien mas por querer yo ser feliz, yo se que tu estabas dispuesto a luchar, tu ultimo abrazo me lo dijo, pero yo solo te supe decir adiós – Terry no puede evitar sorprenderse ante tal revelación, después de tanto pensarlo, el había concluido que la falta de amor de ella había sido la razón para irse tan fácilmente, su corazón se estruja,  ¿es posible que realmente este arrepentida? ¿Acaso lo que quiere es otra oportunidad?

Candy se queda en silencio, ha sacado un gran peso de su corazón, pero las palabras mas importantes quedan por decir, pero al ver que el no reacciona, que el al parecer no se ha inmutado ante su confesión, comienza a arrepentirse de haberlo dicho todo, pero este ya no es el momento para echarse atrás, ahora que ya se ha tragado su orgullo y ya no le queda mas que perder;  Terry sigue sin cambiar la expresión de su rostro, serio y ausente, pero dentro de su mente una batalla de razonamientos se ha desatado, tratando de darle sentido a todo lo que ha escuchado, para su mente ya ha pasado mucho tiempo desde que están separados, ya no vale la pena regresar, pero para su corazón el amor no tiene fecha de vencimiento y lucha por convencer a su mente de seguir escuchando, se pone de pie y comienza a caminar lentamente sin rumbo perdiéndose entre los árboles, sin saber que sentir, sin saber que pensar, Candy reacciona ante su movimiento echándose a llorar creyendo que todo esta perdido,  un rayo de sol la deslumbra por un momento, y como si hubiera sido una señal, toma valor para perseguirlo siguiendo el mismo camino por donde se ha ido el.

-         Terry, Terry espera!! – le llama cuando lo ve en la distancia, el se detiene y ella le da alcance, respira profundamente tratando de calmar el cansancio después de haber corrido un buen trecho, y con las emociones a flor de piel finalmente dice:
-         Terry, lo siento, lo siento tanto por aquella noche, no sabes cuanto lo siento, te extraño, demasiado, todo de ti me hace falta, tu sonrisa, tus cartas, tu presencia, y talvez he sido ilusa al venir aquí y pedirte una oportunidad, pero si me amas aun, prometo esta vez hacerlo bien, no dejarte nunca otra vez, quisiera regresar el tiempo y cambiar, pero no puedo, y si tu corazón ya se ha cerrado a mi, lo entenderé, solo, dímelo de una buena vez… por favor…

Candy tiembla por la emoción, solloza sin control y Terry no puede resistirse ante la imagen, se acerca y la abraza para calmarla, ella se desahoga y se aprieta contra su pecho, pasan unos minutos así, sin decir nada, solamente tratando de escuchar a sus corazones y callar a las voces de la razón, cuando finalmente se calma, busca sus ojos esperando una respuesta, el acaricia suavemente su mejilla, la ve con ternura,  sabe que es su turno de hablar, ha tomado una decisión,  suspira y le da su respuesta:

-         Pecosa, no tienes idea de cuanto tiempo desee escucharte decir eso, cuantas veces he querido yo también regresar el tiempo y cambiar tantas cosas, incluso desee no haberte conocido, pero las cosas sucedieron así, sufrí mucho por nuestra separación, pero mi corazón ha sanado, al final pude entender que lo nuestro fue algo especial, algo que quedara como un bello recuerdo para siempre, Candy, uno no encuentra a su verdadero amor a los 15,  ahora lo se, bien sabes que las cosas con Susana jamás funcionarían, ambos lo logramos entender, y yo he seguido adelante y hay una nueva ilusión en mi corazón,  haberte conocido hizo darme cuenta que soy capaz de amar y  realmente quiero darme una nueva  oportunidad, pero no estoy dispuesto a regresar atrás- Candy cierra sus ojos tratando de contener las lagrimas que nuevamente se han acumulado, sabia que esta era una posibilidad pero la esperanza es lo ultimo que se pierde, y ahora finalmente ha terminado su ilusión, sonríe con resignación, toma la mano de Terry, la besa y acepta su derrota.
-         Al menos espero que puedas brindarme tu amistad, cuentas con la mía si la aceptas.
-         Por supuesto, pecosa, siempre seremos amigos.
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Un angosto camino cubierto de flores se forma frente a ellos, caminan sobre el en silencio, tratando de asimilar la nueva dirección que han tomado, aun cuando la intención del encuentro era diferente, es mejor ganar un amigo que perderlo para siempre, hoy una ilusión se ha roto, también ha sanado un corazón,  y a la vez nace una nueva esperanza, la de una amistad que florezca como los retoños que salen ahora cuando a Nueva York llega la primavera.

Tal vez



Hace tiempo ya perdí a mi única amiga.  Todos dicen que fue el cigarro y alcohol, yo se que murió por tener el corazón roto.  Es diciembre, se acercan las fiestas mas alegres del año, para mi no es así,  y mientras sigo caminando por el cementerio no dejo de pensar, nada es para siempre…

Ella siempre fue tan alegre, tan llena de vida, con una cara tan linda, me pregunto como diablos vino a parar a estos lados, fue un gran desperdicio. Aun me duele su partida, a veces aun no puedo creer que ya no este conmigo, aun cuando siento su presencia a mi alrededor constantemente, talvez es solo mi imaginación, mi tonta necesidad de creer que al anochecer la veré entrar por la puerta con su deslumbrante sonrisa y brazos abiertos dispuesta a una noche mas a mi lado.  Se que yo no era quien ella quería, pero la veía tan feliz, nunca pensé que fuera una careta mas.

Que como llegamos a eso?  Muy fácil, siempre fui su amigo, siempre estuve allí para ella, y en un momento de depresión fue tan sencillo abrirle los brazos para que ella me dejara entrar en su corazón, al menos así creí.  Una vez cenando juntos, ordeno una botella de vino, extraño de su parte pues siempre la creí en contra de los efectos del alcohol,  pero la venda de mis ojos estaba tan apretada que no pude ver que lo único que estaba buscando era un escape.  A partir de entonces se divertía tanto estando alcoholizada, la mayoría de veces yo la acompañaba, mi egoísmo hizo que no le advirtiera a nadie de este nuevo comportamiento, era tan buena disimulándolo! Algo tuvo que haber aprendido de ese malcriado, a mantener las apariencias.  Yo me sentía tan especial, solo a mi me buscaba para irse a perder, y se entregaba a mi con tanta pasión, tanta lujuria… pero sin amor.

Por las mañanas siempre la encontraba con la mirada perdida,  pensando, analizando, pero en cuanto notaba mi presencia, sonreía de tal forma que deslumbraba al sol y yo me olvidaba de mis preocupaciones hacia ella.  Y entonces comenzaron los problemas; ahora ya no me buscaba, se iba sola, pasaba noches enteras tratando de encontrarla, yendo a todos los lugares donde habíamos estado, para salir siempre sin nada,  cuando regresaba a casa, allí estaba, no decía nada y yo tampoco preguntaba, verla allí sana y salva me consolaba, ese fue mi error.

Un día se fue y ya no regreso.  De la morgue me llamaron para llegar a reconocerla.  Allí estaba, tan pálida, tan seria, tan bella, tan ausente.  Nunca supe que le sucedió,  nadie quiso saberlo, creo que todos teníamos nuestra propia versión, y talvez ninguno se equivocaba.  Lo único que le encontraron entre su ropa fue un recorte de periódico donde anunciaban el fallecimiento de el. Todo tenia sentido. Se fue para encontrarlo en la eternidad.

Hoy he recorrido el sendero hasta su último descanso una vez más.   Me siento viejo,  solo, como si fuera otra persona, talvez no he cambiado, pero se que ya no soy el mismo.  Su muerte me esta matando lentamente. Leo esos números que me dejan un gran vacío en el corazón, Candice White Andley 7 mayo 1898 – 18 diciembre 1921
De mi bolsillo saco una nota que dice así:

“Te tuve y fui feliz
                            Te perdí y ahora eres feliz
Temo a seguir con vida
Temo al sufrimiento sin fin

Archie.”

Dejo mis palabras de siempre, como si en verdad las pudiera leer, beso al aire y me voy por donde vine.  Talvez encuentre sentido a mi vida otra vez, talvez la próxima vez regrese para quedarme a su lado, talvez, todo es un gran talvez.

Crónica de mi primera vez





I

Es Febrero. Hace bastante frío y todos buscamos diferentes formas de ganar un poco de calor extra,  y que mejor forma que cuerpo a cuerpo.  Archie y yo llevamos ya un poco más de cinco meses de novios, y poco a poco los besos han ido subiendo de tono haciendo que despierten sensaciones desconocidas hasta ahora en mí.  Nos encontramos en su habitación.  Si las monjas me encuentran aquí, estoy frita.  Archie ha comenzado a besarme muy intensamente recostando la mitad de su cuerpo sobre el mío,  suavemente pasa sus manos por mis piernas, mis caderas, cintura, pechos, hace que me caliente tanto!!  Pero mi poca experiencia es evidente, pues me quedo quietecita como monolito ante sus caricias, en realidad no se que debería hacer, a mis quince años nadie me ha hablado de “esto” y no puedo recurrir a las mojigatas de Annie y Patty quienes ni siquiera saben que tienen una vagina.  Debo concentrarme, aunque es un poco difícil distraerse con tanto roce excitante… quisiera que hiciera algo mas!  Pero no se como pedírselo.  Parece que me entiende, porque sutilmente ha metido su mano bajo mi falda y ha llegado hasta donde mi ser pide a gritos que toque. Me mira con picardía, es tan guapo, pide permiso para hacer no se que cosa, yo simplemente accedí. De repente se aleja de mi boca y se lentamente se posiciona entre mis piernas, quita mi ropa interior y yo no reacciono sino hasta que siento su lengua abriendo mis pliegues… OMG!! Pero que diantres esta haciendo? Comienzo a cuestionarme si esto es correcto, pero que diablos! Se siente taaaan bieeen…continua sus movimientos en mi intimidad,  poco a poco va aumentando el ritmo y yo comienzo a sentir algo que sube dentro de mi y que esta a punto de explotar, me aferro a las sabanas, pues temo arrancarle el cabello con mis ansias, oh cielos, oh cielos, OH CIELOS!!!

Un grito silencioso sale de mi boca, Archie se levanta y pasa su mano por su boca sin dejar de saborear, me da una mirada que me deja con ganas de mas, -“pecosa traviesa”- es lo único que dice, yo traviesa? Si fue el quien… aaah bueno, que mas da, mejor me voy a mi habitación a meditar. (aja…)


II


Como todo en esta vida, lo bueno siempre tiene un fin, así que Archie y yo hemos terminado.  Nunca llegamos a nada mas allá de las muy pronunciadas caricias, simplemente no se dio, y la verdad no me arrepiento.  He comenzado a salir con otro chico, su nombre es Charlie, que si es atractivo? Si, si lo es, pero eso no es lo que me cautiva. Tiene un pensamiento tan liberal e innovador, creo que siento una muy buena conexión.  Le gusto, es bastante obvio, y a mi también me gusta, me atrae el hecho que es 6 años mayor que yo, eso debe ser ventajoso, no? Más para alguien como yo, que tiene sed de pasión.  Y que si la primera vez no es por amor? Acaso eso es una regla? Si la voy a recordar, que sea memorable!! 

Nos encontramos en su apartamento. Ha comenzado a endulzarme el oído, seguramente para tratar de hacerme ceder, lo que el no sabe es que yo vengo dispuesta a todo. Sin más preámbulos nos dirigimos a la cama, comienza a desnudarme y la expectativa crece en mi. Sus caricias son algo torpes, supongo que esta nervioso,  finalmente yo quedo expuesta y el comienza a desvestirse.  Cuando llega el momento de remover su ultima prenda, un balde de agua fría ha caído sobre mi ya menguada excitación echándose a perder por completo, discretamente ladeo mis ojos y río por lo bajo totalmente decepcionada.  Esa cosa lánguida y diminuta es su pene?? No puede ser, estoy a punto de tener sexo con un puberto, no un hombre y lo peor del caso, es que creo que también es su primera vez. Y ahora que hago? Yo estoy en posición, ya no puedo echarme para atrás,  oh cielos, mi primera vez y tendré que fingir, que terrible!

El chiste finalmente termino, se echo un cigarro a la boca, como que fuera todo un experto amante, me visto y salgo de su apartamento tan rápido como pude, no podía echarme a reír en su cara, y encima de todo tuvo el descaro de preguntar si había “llegado”.  Memorable, definitivamente será memorable, lo mas divertido del caso, es que aun me siento tan virgen como ayer.

En fin… mañana es otro día.


III


Después de mi memorable y muy frustrada primera experiencia, me he encontrado con un antiguo amigo de la familia.  Lo conocí cuando yo tenia 13 y el 25.  En aquel entonces ni me pelo, pero esta vez, 7 años después, me ha puesto más atención.  No pretendo negarlo, es realmente atractivo, es alto, rubio, de ojos azules… es un sueño hecho realidad y con solo verlo me entra un calorcito delicioso en el cuerpo.  Me muero por meterme en su cama!! Pero hay un pequeño detalle, no es del todo soltero… dice estar separado, pero realmente no me importa, no tengo prejuicios, y que!

Los azares del destino nos han hecho cruzar caminos frecuentemente, en uno de esos encuentros hemos ido a parar a su casa, a su muy solitaria casa.  Talvez fue intencional el haberme traído aquí, y estoy más que dispuesta, estoy segura que esta vez no me decepcionare.  Nos sentamos en uno de los sofás,  uno al lado del otro, mis piernas cubiertas de unas finas medias de nylon que asemejan un leve bronceado rozan casualmente su rodilla, Albert se pone alerta y comienza a jugar con uno de mis rizos.  Acaricia suavemente mi cuello, yo ladeo la cabeza para darle más lugar, se me acerca y me susurra al oído “eres tan apetitosa”, yo siento que me empiezo a humedecer.  Me remuevo en mi lugar y sin preguntar, me toma por la cintura y me sienta sobre el, puedo sentir su miembro ya listo para la batalla rozándose por sobre la ropa contra mi muy húmeda intimidad, los apasionantes y asfixiantes besos no son suficientes para saciar la sed que tenemos los dos, Albert saca mi estorbosa blusa y con gran agilidad desabrocha mi brassier para darse gusto con mis endurecidos pezones que claman por su boca.  Le saco la camisa y me deleito con su muy bien formado pecho, me agacho despacio para lamerlo y de paso zafar el pantalón porque si no lo hago va a reventar.  Albert se pone de pie y tomándome de las nalgas me carga hasta la habitación, donde me tira sobre la cama sin delicadeza haciendo que mis zapatos caigan quien sabe donde; sus manos comienzan a recorrerme, desde los pies, subiendo por la pantorrilla, muslos, cintura, baja muy lentamente mis medias y mi ropa interior, aunque deja puesta la falda, algún fetiche? Después le preguntare.  Instintivamente cierro las piernas, pero el niega con la cabeza y me las abre lentamente, dejándome en una posición que me hace sentir vulnerable.  Termina de quitarse su ropa y mis ojos casi se salen de su lugar al ver en vivo y a todo color el motivo de su casi rompimiento de pantalones, OMG, es enorme!! Lo creo capaz de partirme en dos, pero en lugar de temer, me excito mas.  Se coloca sobre mi, y me besa nuevamente hasta quitarme el aliento, acaricia mis senos como masajeándolos,  los mordisquea, los aprieta, me mata! Pero no me penetra, solamente se roza, logrando hacer que mi clítoris se hinche mas y mas,  se hace a un lado y con un dedo comienza a rozarlo, dándome un placer ya conocido pero nunca sobreestimado.  Coloca su pulgar sobre mi clítoris dándole movimientos circulares mientras el índice y medio se dirigen a mi vagina, introduciéndose en ella, el pulgar abandona su faena lo que da mas lugar al resto de la mano para que profundice su invasión. Y siento, y me retuerzo, y toca algo dentro que no se que es y nuevamente, oh cielos, oh cielos, OH CIELOS!!!

Mientras mi cuerpo termina de convulsionar, vuelve a colocarse sobre mi y con una muy oscura mirada y ronca voz me dice “es solo el comienzo pequeña, ahora es cuando mas disfrutaras”, y finalmente sentí esa unión de cuerpos hasta lo mas profundo de mi ser.  Esta vez si, definitivamente ahora si ya no soy virgen.

Nos hemos encontrado en varias ocasiones mas, cada una de ellas ha sido maravillosa, pero temo no poder mantener fuera de todo esto a mi corazón.  No quiero involucrarlo, no debo involucrarlo, creo que ha llegado la hora de terminar…

IV

Han sido ya varias experiencias consideradas como “primera vez”: la primera que me besan muy íntimamente, la primera decepción sexual, la primera con un amante de categoría, y seguramente vendrán muchas mas primera vez, pero esta que les contare, es la que mas recordare.
Terry se ha vuelto un gran amigo mío. Es alguien en quien confío y disfruto mucho su compañía, tanto que he empezado a preguntarme si siento algo mas por el.  He logrado conseguir mi propio apartamento, y a quien he llevado primero a conocerlo es a el.  No es muy grande, pero es cómodo y tiene lo esencial y lo principal, la cama.  Nos sentamos en ella pues aun no tengo mas muebles,  y mientras le muestro viejos recuerdos de mi infancia, noto que su perfil es admirable,  me atrae demasiado y no creo poderme resistir, me rechazara?
El se da cuenta que he dejado de hablar y ha sentido mi mirada encima, acaricio su cabello y en lugar de extrañarse, parece disfrutar del contacto, me acerco mas y junto mis labios, el entreabre la boca para profundizar el beso y yo siento la gloria.  Caemos sobre la cama y me coloco sobre el sin dejar de acariciarnos, lentamente bajo por su cuello, le quito la camiseta, beso su pecho y continuo bajando, desabotono su pantalón y lo bajo lentamente, me deleito con lo que tengo frente a mi,  en sus profundos azules puedo ver que lo desea, yo también, así que comienzo a lamer sus suaves sacos de esperma para darle mas placer, acaricio su pene y me fascina sentir que ha comenzado a humedecer la punta. Lo introduzco en mi boca tan profundo como puedo, y comienzo a succionar lenta y constantemente, subo y bajo por ese duro miembro que se acrecienta mas entre cada chupada, de pronto detiene mi cabeza y me hace verlo, es momento de ir más allá.
Me levanto sobre el y comienzo a quitar mi blusa, me acaricio mis pechos sobre el sostén y luego los libero para que los vea ponerse duros mientras los toca.  Suelto mi pelo para que tenga algo que jalar después, se levanta y me toma por la cintura para recostarme sobre la cama, chupa uno de mis senos y aprieta el otro haciéndome gemir,  baja mi falda y me deja totalmente desnuda, acaricia mis piernas y me humedezco mas, abre mis pliegues y acaricia intensificando poco a poco los movimientos sobre mi punto mas débil,  pero cuando estoy a punto de alcanzar la cumbre, deja su faena para embestirme sin pedir permiso. Su repentina intromisión hace que me exalte y  me excite aun más, no me importa si me escuchan los vecinos, he comenzado a gemir muy fuerte, eso hace que me penetre con mas ímpetu, y así como entro vuelve a salir, para colocarme boca abajo y continuar tomándome.  Jala mi cabello haciendo que mi cabeza se eche hacia atrás, sabia que eso le gustaría,  y mientras yo he llegado al cielo y de regreso a la tierra dos veces, el se derrama dentro de mi dejando escapar un gemido intenso que me hace saber que realmente lo ha disfrutado.

Abandona mi cuerpo para colocarse junto a mi, me abraza fuertemente por la espalda y dos palabras le escucho decir, “Te amo”.  Amanecimos por primera vez juntos en esa cama hace siete años ya, en el encontré a mi amante ideal. Ha habido muchas otras “primera vez” desde que estoy con el, pero esas, son otra historia.

No mas



Es un oscuro, pequeño pero acogedor cuarto de un sórdido hotel al que, en mi plena lucidez, probablemente no entraría; estoy embriagado, no solo de alcohol, también de lujuria, de pasión, de deseo… no es la primera vez que la veo, no es la primera vez que venimos aquí, es otra ciudad, son otras caras, es otra sociedad, a quien le importa el que dirán! Definitivamente a mi no.

Es tan hermosa, es tan exótica, es tan desinhibida y sobre todo, me hace sentir tan libre, no me pone cadenas, no quiere atarme a nada, se llena de sensualidad con un simple movimiento, no puedo esperar a tirarla sobre la cama y arrancarle la ropa, me obliga a parar, se coloca sobre mi, tengo tantas ganas de hacerla mía! Pero seré paciente… veremos que quiere hacer esta vez.

Se yergue sobre mi cadera, lentamente pasa su vestido sobre su cabeza y deja expuestos sus rebosantes senos cubiertos con una fina prenda que no deja nada a la imaginación, puedo ver como aumenta su respiración, su pulso, se que siente mi excitación porque comienza a rozarse sobre mi, ese movimiento bamboleante de caderas nos humedece mutuamente, quiero tocarla, arrebata mis manos de un golpe, desabotono mi camisa y ella mi pantalón, ambas prendas volaron a algún rincón de la habitación, finalmente queda desnuda ante mi, fija su mirada y masajea sus senos, los levanta, los pellizca, pasa su dedo húmedo sobre sus pezones, me esta matando…

Me gusta ser controlado, me gusta no saber lo que pasara, esta mujer es una maestra de la seducción,  a pesar de que tenemos la misma edad, se que ha tenido mas experiencia que yo, es magnifica, es una diosa, mi diosa personal.

Su cuerpo ardiendo sobre mi, no siento vacío, no siento la necesitad de esconder mis sentidos, nos fundimos como uno solo, ella se deja invadir con toda la fuerza de mi masculinidad, finalmente me deja tomarla a mi gusto, también me gusta dominarla, encogerle las piernas hasta atrás, acariciarle su punto mas sensible mientras la penetro, la excito, me excita, explota una, otra, y otra vez y luego me derramo dentro de ella… nunca hemos sido precavidos, demasiado tarde para pensar…



Todo lo que he hecho ha estado mal, he estado diciéndote tantas mentiras, ha pasado durante tanto tiempo…

Todas las veces que he ido a Nueva York, he estado con otra mujer, he salido con ella en publico sin importarme quien me vera, sin detenerme a pensar en ti,  tu que eres tan buena y noble, tu que seguramente has pensado que tienes un buen hombre a tu lado,  se que ahora no me quieres ver, se que lo único que quieres es huir, pero creo que es mejor decírtelo yo que lo escucharas de alguien mas…

No puedo seguir viviendo una doble vida, me iré definitivamente a Nueva York, no es solamente por placer, no es solamente porque allá vive a la que ahora llamas “mi amante”, es también porque en siete meses nacerá nuestro bebe,  y aunque nos conocemos poco fuera de la cama, estoy dispuesto a intentarlo por los tres.  Se que no es consuelo para ti, pero estoy seguro que encontraras a alguien que realmente te haga feliz, tu no mereces estar con alguien que fue empujado a tus brazos y yo… yo solo quiero vivir.

Annie, perdóname, pero no puedo estar mas contigo.