Es un
oscuro, pequeño pero acogedor cuarto de un sórdido hotel al que, en mi plena
lucidez, probablemente no entraría; estoy embriagado, no solo de alcohol, también
de lujuria, de pasión, de deseo… no es la primera vez que la veo, no es la
primera vez que venimos aquí, es otra ciudad, son otras caras, es otra
sociedad, a quien le importa el que dirán! Definitivamente a mi no.
Es tan
hermosa, es tan exótica, es tan desinhibida y sobre todo, me hace sentir tan
libre, no me pone cadenas, no quiere atarme a nada, se llena de sensualidad con
un simple movimiento, no puedo esperar a tirarla sobre la cama y arrancarle la
ropa, me obliga a parar, se coloca sobre mi, tengo tantas ganas de hacerla mía!
Pero seré paciente… veremos que quiere hacer esta vez.
Se yergue
sobre mi cadera, lentamente pasa su vestido sobre su cabeza y deja expuestos
sus rebosantes senos cubiertos con una fina prenda que no deja nada a la
imaginación, puedo ver como aumenta su respiración, su pulso, se que siente mi
excitación porque comienza a rozarse sobre mi, ese movimiento bamboleante de
caderas nos humedece mutuamente, quiero tocarla, arrebata mis manos de un
golpe, desabotono mi camisa y ella mi pantalón, ambas prendas volaron a algún
rincón de la habitación, finalmente queda desnuda ante mi, fija su mirada y
masajea sus senos, los levanta, los pellizca, pasa su dedo húmedo sobre sus
pezones, me esta matando…
Me gusta
ser controlado, me gusta no saber lo que pasara, esta mujer es una maestra de
la seducción, a pesar de que tenemos la
misma edad, se que ha tenido mas experiencia que yo, es magnifica, es una
diosa, mi diosa personal.
Su cuerpo
ardiendo sobre mi, no siento vacío, no siento la necesitad de esconder mis
sentidos, nos fundimos como uno solo, ella se deja invadir con toda la fuerza
de mi masculinidad, finalmente me deja tomarla a mi gusto, también me gusta
dominarla, encogerle las piernas hasta atrás, acariciarle su punto mas sensible
mientras la penetro, la excito, me excita, explota una, otra, y otra vez y
luego me derramo dentro de ella… nunca hemos sido precavidos, demasiado tarde
para pensar…
Todo lo que
he hecho ha estado mal, he estado diciéndote tantas mentiras, ha pasado durante
tanto tiempo…
Todas las
veces que he ido a Nueva York, he estado con otra mujer, he salido con ella en
publico sin importarme quien me vera, sin detenerme a pensar en ti, tu que eres tan buena y noble, tu que
seguramente has pensado que tienes un buen hombre a tu lado, se que ahora no me quieres ver, se que lo único
que quieres es huir, pero creo que es mejor decírtelo yo que lo escucharas de
alguien mas…
No puedo
seguir viviendo una doble vida, me iré definitivamente a Nueva York, no es
solamente por placer, no es solamente porque allá vive a la que ahora llamas
“mi amante”, es también porque en siete meses nacerá nuestro bebe, y aunque nos conocemos poco fuera de la cama,
estoy dispuesto a intentarlo por los tres.
Se que no es consuelo para ti, pero estoy seguro que encontraras a
alguien que realmente te haga feliz, tu no mereces estar con alguien que fue
empujado a tus brazos y yo… yo solo quiero vivir.
Annie,
perdóname, pero no puedo estar mas contigo.
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