lunes, 25 de junio de 2012

Un dia especial


Mi primera incursion en una Guerra Florida, escrito y publicado en el Foro Rosa en Abril 2010


Alguna vez han tenido uno de esos días en los que nada sale como lo esperaban? Esos en los que piensan que todo será como siempre, pero eventos o sorpresas inesperadas resultan convirtiéndolo en un día perfecto? Un día… especial? Eso fue lo que me paso; empezó en una fría mañana de primavera, o talvez yo la sentía fría… me encontraba acurrucada en mi cama con mis ojos aun cerrados rehusándome a despertar, era el primer día de mis vacaciones obligadas y no tenia ánimos de empezar nada.

Unos golpes en la puerta me obligaron a despegar la cabeza de mi mullida almohada; era Albert, estaba de visita y consigo traía una taza de humeante café, la medicina perfecta para levantarme el ánimo.  Preguntó sobre mis planes para los siguientes quince días libres a los que me enfrentaba,  no había pensado nada en concreto, así que me sugirió regresar al hogar.

En realidad tenía ya bastante tiempo de no ir al Hogar de Pony y me pareció una idea bastante acertada, así que luego de desayunar, me dispuse a arreglar una maleta para emprender mi viaje de vuelta a mis raíces.  Poco tiempo después de las diez de la mañana,  me encontraba lista, cerré mi apartamento, Albert ofreció llevarme en su auto a la estación, pero en realidad tenía ganas de caminar, no llevaba mucho equipaje, así que no pensé tener problemas.  Nos despedimos cariñosamente, y cada quien tomo su camino.   Siempre he pensado que jamás encontrare un mejor amigo como Albert,  a veces pienso que le estoy haciendo daño, se que sus sentimientos hacia mi son un poco mas complejos que los de un amigo, y aunque hace un tiempo intentamos ver si podíamos llevar lo nuestro a un poco mas, siento que una vez que se entrega el corazón es muy difícil recuperarlo, así que mejor seguimos como estábamos, yo tratando de encontrar mi camino en la vida y el siempre dándome ánimos.

Caminar por las calles de Nueva York siempre ha sido emocionante, pero antes de seguir, les contare por que estoy en Nueva York:

            Vine aquí, como era de esperarse, buscándolo a el… pero no para recuperarlo,  quería recuperar la amistad que entre nosotros existió una vez,  pensé que luego de lo que había pasado, ya era momento de dejar los fantasmas atrás y enfrentar la realidad, el no era para mi, estaba ahora con Susana y para finalmente superar esa etapa debía intentar ser amiga de ambos; puede que parezca extraño, pero sentía que era lo correcto.  Luego de armarme de mucho valor,  llegue a casa de Susana, quien probablemente estaba mas sorprendida que yo por mi visita – Vienes a buscar a Terry?- me pregunto sin mostrar ninguna señal de molestia, celos o incomodidad –En realidad quisiera verlos a los dos- le conteste con la voz un poco temblorosa, no puedo negar que me sentía nerviosa.
-         Pues a mi aquí me tienes, pero a Terry no lo encontraras ni siquiera en la ciudad
-         Se ha ido? Te ha dejado?- mi voz sonó indignada, y ella me brindo una gran sonrisa al verme reaccionar de esa forma
-         Tranquila Candy, el no ha hecho nada que yo no le haya pedido- su respuesta me confundió, debió notarlo pues rápidamente me contó lo sucedido – hace mas de seis meses que Terry regreso a Inglaterra, recibió un telegrama de parte de su padre, al parecer estaba muy enfermo y quería enmendar las cosas entre ellos,  me pareció acertado de su parte el viaje y ofreció llevarme, sin embargo yo ya me estaba cansando de vivir en mi capricho, y aunque la relación entre nosotros ha mejorado bastante, nunca iba a ser lo que yo esperaba, así que le dije que se fuera y que no se preocupara por mi, esta vez, yo no lo iba a estar esperando, y así fue como quedo libre de su compromiso hacia mi, no hay remordimientos, no hay malos sentimientos, espero que sigamos siendo amigos…

Su relato me tomo por sorpresa, era algo que no esperaba, me había costado tanto aceptar la idea de ellos dos juntos, que ahora que la historia era diferente, no sabia que pensar.  Inevitablemente, mi corazón empezó a albergar una nueva esperanza, pero han pasado ya dos años desde ese encuentro y aun no he tenido ninguna noticia de el.

Pero por que me mude a Nueva York? Bueno, después de la visita a Susana, regrese a Chicago para continuar con mi vida, pero un incendio terrible hizo pedazos mi edificio, me negué a vivir en la mansión Andrey y opte por aceptar la oferta de trabajo que me hacían desde hace tiempo en la gran ciudad, así fue como vine a vivir a Nueva York.

Como decía antes, caminar por las calles de la gran manzana siempre es emocionante; hay sorpresas en cada esquina, hay tantos migrantes que cada barrio parece una ciudad diferente,  músicos, cantantes, artistas de todo tipo, todos buscando una forma de sobrevivir, alguien que les de la oportunidad de trabajar para no verse obligados a delinquir; el ambiente postguerra, la crisis económica, diferentes factores que harían que cualquiera viera la vida de manera  deprimente, pero yo siempre he pensado que hay que buscarle el lado bueno a las cosas, si, siempre es bueno ser positivo.

Y es precisamente en la nota de “ser positivo” que creo yo que la vida y el destino me han dado una segunda oportunidad, o debería decir tercera?  Les contare que fue lo que hizo mi día tan especial:

            Luego de mi larga caminata a la estación central, además de estar cansada, me sentía emocionada por regresar al hogar,  un gran jubilo llenaba mi ser con el simple hecho de pensar, que en el camino, vería a Annie y a Archie, a mis queridos sobrinos, talvez al doctor Martin, y finalmente a mis queridas madres, que aunque ya no están tan jóvenes como quisiera, la alegría que veo en sus ojos cuando las llego a visitar es incomparable. Pero realmente me sentía cansada de tanto caminar! Así que compre mi boleto, el tren no salía sino hasta 2 horas después, y busque un lugar un poco mas tranquilo para descansar.  Encontré el lugar perfecto para estirar mis piernas y ojear algún libro, estaba dispuesta a acomodarme cuando una figura sombría llamo mi atención.  Sentado frente al lugar en el que me iba a sentar, estaba un hombre joven,  y aunque trataba de ocultarlo se distinguía su porte elegante, algo en el se me hizo familiar y no podía dejar de verlo, seguramente sintió mi mirada sobre el, porque levanto sus ojos hacia mi, y aunque el momento que cruzamos miradas fue muy corto, fue suficiente para que yo lo reconociera, esos azules son inconfundibles.
Me acerque a el tratando de ocultar mi sonrisa, lo escuche decir para si mismo “el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos…” siempre con Shakespeare en la boca, definitivamente no cambia, me senté junto a el y hablamos, no con tantas palabras, pero hablamos:

Me parece irónico encontrarte aquí – le dije – tanto tiempo sin saber nada de ti y precisamente el día en que decido irme, te encuentro – no sabia como empezar, no sabia que decirle, los nervios me invadieron y comencé a palmear mis dedos sobre mis piernas, lo que le causo gracia.
Todavía te pongo nerviosa, pecosa? – me respondió dejándome ver su divina sonrisa, esa que siempre he pensado es solo para mi
Como has estado, Terry? O talvez mas importante, donde habías estado?- la emoción que transmitía mi voz era palpable, no lo voy a negar, realmente me sentía feliz de verlo finalmente, de estar a su lado aunque fuera por un corto momento y no quería desaprovecharlo.
Me has extrañado Candy?- aun con su lacónico expresar pude percibir ansiedad, su mirada se cruzo con la mía y sin dejar a mi cabeza pensar, tome su mano y la bese, una vez mas lo he sorprendido con mis impulsos de niña traviesa, le respondí con una de mis mejores sonrisas, esas que solo el sabe provocar – y tu, me has extrañado?- y ahora fue su turno de sorprenderme, sin soltar mi mano, acaricio mi cara con la otra, instintivamente cerré mis ojos para tratar de no desprenderme de esa caricia,  pego su frente a la mía, sentí su respiración descontrolada, y como si nunca nos hubiéramos separado, como si fuéramos amantes de toda la vida, nos fundimos en un beso que fue suficiente para revivir lo que siempre ha estado allí, siempre nos hemos pertenecido, siempre he sido de el y el siempre ha sido mío, y se que sin importar las circunstancias que mas adelante nos traiga la vida, estaremos juntos y ahora si, nada ni nadie nos podrá separar.

Ahora voy camino a Chicago, el tren avanza rápidamente sobre las vías y yo estoy deseando secretamente que este día nunca acabe, Terry va a la par mía, sujetando mi mano de tal forma que me parece que nunca la va a soltar, un pequeño anillo brilla en uno de mis dedos, un símbolo social de amor eterno, no lo necesitaba, pero me siento tan bien al llevarlo…
Se preguntan todavía por que fue un día especial? yo creo que no tengo nada mas que contar.

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