Mi primera incursion en una Guerra Florida, escrito y publicado en el Foro Rosa en Abril 2010
Alguna
vez han tenido uno de esos días en los que nada sale como lo esperaban? Esos en
los que piensan que todo será como siempre, pero eventos o sorpresas
inesperadas resultan convirtiéndolo en un día perfecto? Un día… especial? Eso
fue lo que me paso; empezó en una fría mañana de primavera, o talvez yo la
sentía fría… me encontraba acurrucada en mi cama con mis ojos aun cerrados
rehusándome a despertar, era el primer día de mis vacaciones obligadas y no
tenia ánimos de empezar nada.
Unos
golpes en la puerta me obligaron a despegar la cabeza de mi mullida almohada;
era Albert, estaba de visita y consigo traía una taza de humeante café, la
medicina perfecta para levantarme el ánimo.
Preguntó sobre mis planes para los siguientes quince días libres a los
que me enfrentaba, no había pensado nada
en concreto, así que me sugirió regresar al hogar.
En
realidad tenía ya bastante tiempo de no ir al Hogar de Pony y me pareció una
idea bastante acertada, así que luego de desayunar, me dispuse a arreglar una
maleta para emprender mi viaje de vuelta a mis raíces. Poco tiempo después de las diez de la
mañana, me encontraba lista, cerré mi
apartamento, Albert ofreció llevarme en su auto a la estación, pero en realidad
tenía ganas de caminar, no llevaba mucho equipaje, así que no pensé tener
problemas. Nos despedimos cariñosamente,
y cada quien tomo su camino. Siempre he
pensado que jamás encontrare un mejor amigo como Albert, a veces pienso que le estoy haciendo daño, se
que sus sentimientos hacia mi son un poco mas complejos que los de un amigo, y
aunque hace un tiempo intentamos ver si podíamos llevar lo nuestro a un poco
mas, siento que una vez que se entrega el corazón es muy difícil recuperarlo, así
que mejor seguimos como estábamos, yo tratando de encontrar mi camino en la
vida y el siempre dándome ánimos.
Caminar
por las calles de Nueva York siempre ha sido emocionante, pero antes de seguir,
les contare por que estoy en Nueva York:
Vine aquí, como era de esperarse,
buscándolo a el… pero no para recuperarlo,
quería recuperar la amistad que entre nosotros existió una vez, pensé que luego de lo que había pasado, ya
era momento de dejar los fantasmas atrás y enfrentar la realidad, el no era
para mi, estaba ahora con Susana y para finalmente superar esa etapa debía
intentar ser amiga de ambos; puede que parezca extraño, pero sentía que era lo
correcto. Luego de armarme de mucho
valor, llegue a casa de Susana, quien
probablemente estaba mas sorprendida que yo por mi visita – Vienes a buscar a Terry?- me pregunto
sin mostrar ninguna señal de molestia, celos o incomodidad –En realidad quisiera verlos a los dos-
le conteste con la voz un poco temblorosa, no puedo negar que me sentía
nerviosa.
-
Pues a mi aquí me tienes, pero a Terry no lo
encontraras ni siquiera en la ciudad
-
Se ha ido? Te ha dejado?- mi voz sonó indignada, y ella me brindo una gran
sonrisa al verme reaccionar de esa forma
-
Tranquila Candy, el no ha hecho nada que yo no le
haya pedido- su respuesta me
confundió, debió notarlo pues rápidamente me contó lo sucedido – hace mas de seis meses que Terry regreso a
Inglaterra, recibió un telegrama de parte de su padre, al parecer estaba muy
enfermo y quería enmendar las cosas entre ellos, me pareció acertado de su parte el viaje y
ofreció llevarme, sin embargo yo ya me estaba cansando de vivir en mi capricho,
y aunque la relación entre nosotros ha mejorado bastante, nunca iba a ser lo
que yo esperaba, así que le dije que se fuera y que no se preocupara por mi,
esta vez, yo no lo iba a estar esperando, y así fue como quedo libre de su
compromiso hacia mi, no hay remordimientos, no hay malos sentimientos, espero
que sigamos siendo amigos…
Su relato me tomo por sorpresa, era algo que no
esperaba, me había costado tanto aceptar la idea de ellos dos juntos, que ahora
que la historia era diferente, no sabia que pensar. Inevitablemente, mi corazón empezó a albergar
una nueva esperanza, pero han pasado ya dos años desde ese encuentro y aun no
he tenido ninguna noticia de el.
Pero por que me mude a Nueva York? Bueno, después de
la visita a Susana, regrese a Chicago para continuar con mi vida, pero un
incendio terrible hizo pedazos mi edificio, me negué a vivir en la mansión
Andrey y opte por aceptar la oferta de trabajo que me hacían desde hace tiempo
en la gran ciudad, así fue como vine a vivir a Nueva York.
Como
decía antes, caminar por las calles de la gran manzana siempre es emocionante;
hay sorpresas en cada esquina, hay tantos migrantes que cada barrio parece una
ciudad diferente, músicos, cantantes,
artistas de todo tipo, todos buscando una forma de sobrevivir, alguien que les
de la oportunidad de trabajar para no verse obligados a delinquir; el ambiente
postguerra, la crisis económica, diferentes factores que harían que cualquiera
viera la vida de manera deprimente, pero
yo siempre he pensado que hay que buscarle el lado bueno a las cosas, si,
siempre es bueno ser positivo.
Y
es precisamente en la nota de “ser positivo” que creo yo que la vida y el
destino me han dado una segunda oportunidad, o debería decir tercera? Les contare que fue lo que hizo mi día tan
especial:
Luego de mi larga caminata a la
estación central, además de estar cansada, me sentía emocionada por regresar al
hogar, un gran jubilo llenaba mi ser con
el simple hecho de pensar, que en el camino, vería a Annie y a Archie, a mis
queridos sobrinos, talvez al doctor Martin, y finalmente a mis queridas madres,
que aunque ya no están tan jóvenes como quisiera, la alegría que veo en sus
ojos cuando las llego a visitar es incomparable. Pero realmente me sentía
cansada de tanto caminar! Así que compre mi boleto, el tren no salía sino hasta
2 horas después, y busque un lugar un poco mas tranquilo para descansar. Encontré el lugar perfecto para estirar mis
piernas y ojear algún libro, estaba dispuesta a acomodarme cuando una figura
sombría llamo mi atención. Sentado
frente al lugar en el que me iba a sentar, estaba un hombre joven, y aunque trataba de ocultarlo se distinguía su
porte elegante, algo en el se me hizo familiar y no podía dejar de verlo, seguramente
sintió mi mirada sobre el, porque levanto sus ojos hacia mi, y aunque el
momento que cruzamos miradas fue muy corto, fue suficiente para que yo lo
reconociera, esos azules son inconfundibles.
Me
acerque a el tratando de ocultar mi sonrisa, lo escuche decir para si mismo “el
destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos…”
siempre con Shakespeare en la boca, definitivamente no cambia, me senté junto a
el y hablamos, no con tantas palabras, pero hablamos:
Me parece
irónico encontrarte aquí – le dije –
tanto tiempo sin saber nada de ti y
precisamente el día en que decido irme, te encuentro – no sabia como
empezar, no sabia que decirle, los nervios me invadieron y comencé a palmear
mis dedos sobre mis piernas, lo que le causo gracia.
Todavía te
pongo nerviosa, pecosa? – me
respondió dejándome ver su divina sonrisa, esa que siempre he pensado es solo
para mi
Como has
estado, Terry? O talvez mas importante, donde habías estado?- la emoción que transmitía mi voz era palpable, no lo
voy a negar, realmente me sentía feliz de verlo finalmente, de estar a su lado
aunque fuera por un corto momento y no quería desaprovecharlo.
Me has
extrañado Candy?- aun con su
lacónico expresar pude percibir ansiedad, su mirada se cruzo con la mía y sin
dejar a mi cabeza pensar, tome su mano y la bese, una vez mas lo he sorprendido
con mis impulsos de niña traviesa, le respondí con una de mis mejores sonrisas,
esas que solo el sabe provocar – y tu,
me has extrañado?- y ahora fue su turno de sorprenderme, sin soltar mi mano,
acaricio mi cara con la otra, instintivamente cerré mis ojos para tratar de no
desprenderme de esa caricia, pego su
frente a la mía, sentí su respiración descontrolada, y como si nunca nos
hubiéramos separado, como si fuéramos amantes de toda la vida, nos fundimos en
un beso que fue suficiente para revivir lo que siempre ha estado allí, siempre
nos hemos pertenecido, siempre he sido de el y el siempre ha sido mío, y se que
sin importar las circunstancias que mas adelante nos traiga la vida, estaremos
juntos y ahora si, nada ni nadie nos podrá separar.
Ahora
voy camino a Chicago, el tren avanza rápidamente sobre las vías y yo estoy
deseando secretamente que este día nunca acabe, Terry va a la par mía,
sujetando mi mano de tal forma que me parece que nunca la va a soltar, un
pequeño anillo brilla en uno de mis dedos, un símbolo social de amor eterno, no
lo necesitaba, pero me siento tan bien al llevarlo…
Se
preguntan todavía por que fue un día especial? yo creo que no tengo nada mas que
contar.